Carlota tenía las ideas muy claras cuando llegó al taller, quería un vestido muy sobrio, y enseguida nos entendimos. Vino a todas las pruebas con su madre y su hermana, que la entendían y apoyaban en todas las decisiones.
Fue muy agradable y divertido hacerle el traje de novia y restaurarle el velo familiar de tul de seda con encaje de bruselas ¡una joya!
En el correo en el que me manda las fotos de la boda, me dice lo mejor que pueden decir a alguien con vocación de hada madrina como yo.
«Muchísimas gracias por formar parte del día más importante de nuestra vida! Bordaste el traje, y nunca mejor dicho!!! La mejor decisión que tome es hacérmelo contigo, sin duda. Echo de menos los días de prueba a la hora de comer. Volveré pronto (ya sea con mi hermana o con mis hijas) Un beso muy fuerte y GRACIAS»
¡Muchísimas gracias a tí Carlota!
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